¡Bienvenido 2013!
¡Este año voy a estudiar inglés, voy a dejar
de fumar, voy a ir al gimnasio, voy a ahorrar todos los meses, voy a pasar más
tiempo con mis hijos, voy a perder peso, voy a cambiar de trabajo, ...!
El principio del año es un buen momento para llenarnos de
buenas intenciones, de plantearnos hacer bien todo lo que no hemos logrado en
años anteriores. Parece que dispongamos de una energía renovada. Sin embargo,
en la mayoría de los casos, esta nueva actitud sólo dura unos pocos días o
semanas; luego, olvidamos nuestros propósitos, retomamos nuestras rutinas y
seguimos haciendo lo mismo.
¿Por qué no mantenemos la energía inicial? ¿Por qué nuestra
atención se desvía tan rápidamente de lo que deseamos? ¿Por qué volvemos con
tanta facilidad a nuestros hábitos anteriores?
Estos son algunos de los motivos por los que nuestros
própositos de Año Nuevo duran menos que un helado en manos de un niño.
1- La mayoría de las veces decidimos en función de lo que
nos ha salido mal durante el año que termina, o bien de lo que no hemos
conseguido, por lo que ya empezamos enfocándonos en nuestros
"fracasos". Recuerda el
Poder del Focus.
2- Como solemos repetir esta pauta de pensamiento, acabamos
escogiendo cada año los mismos buenos propósitos, que, bien analizados, parecen
más bien un listado de "debería" forjado a base de decepciones,
miedos, necesidades, fracasos y carencias.
3- Queremos ser "realistas" lo que nos lleva a
elegir metas pequeñas en lugar de soñar a lo grande. Y lo que ocurre con las
metas pequeñas es que no conllevan la suficiente energía para que nos
impliquemos en cuerpo y alma en su consecución, por lo que para qué movernos de
nuestro zona de confort por tan poca cosa.
4- Nos ponemos a desmenuzar y analizar mentalmente todos los
pasos que tendremos que dar, el esfuerzo, las dificultades, los problemas que
tendremos, el miedo a fracasar, el precio que tendremos que pagar, etc. de
manera que antes de escribir nuestros sueños en un papel ya estamos extenuados
cuando no desanimados!!
5- O bien todo lo contrario, nos lanzamos a una acción
desenfrenada (que luego será necesaria, por supuesto) sin darnos el tiempo
suficiente para alinear nuestros deseos con nuestros valores y creencias, y
comprobar si realmente son metas "ecológicas" para nosotros, que
tienen en cuenta nuestra "misión" y nuestra "visión".
Entonces ... ante esta perspectiva, ¿qué hacemos?
Pensar que un nuevo año se presenta ante tus ojos como una
playa de arena blanca recién bañada por las olas que te sugiere un sinfin de
posibilidades. Sólo tienes que elegir....
... Elegir bien ... De manera que tus deseos se transformen
en metas.
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