Clave 3: TIENES QUE APRENDER A SUPERAR LA PRESIÓN FINANCIERA.
La presión financiera sólo la desconoce aquel que no tiene finanzas de ninguna clase. Hay muchos tipos de presión financiera y han hundido a muchas personas. Pueden propiciar la codicia, la envidia, el engaño o la paranoia; pueden embotarte la sensibilidad o privarte de amigos. Pero fíjate en que he dicho que "puede", no que vaya a ser así necesariamente.
Superar la presión financiera quiere decir saber tomar y saber dar, saber ganar y saber ahorrar. Cuando empecé a ganar dinero las cosas se me complicaron. Los amigos me negaban su ayuda, diciendo "Estás lleno de dinero. ¿Qué problema tienes? ". Yo negaba que fuera así, pero ellos no me creían. De súbito la gente me contemplaba de otra manera y sólo porque había cambiado mi situación económica; algunos, incluso, se mostraron bastante resentidos. De modo que ese es un género de presión financiera.
No tener dinero suficiente es otro género de presión financiera. Les ocurre a muchos. Pero, tenga uno mucho o poco dinero, la presión siempre está ahí . Recuerda que todas las acciones de la vida están guiadas por nuestra filosofía, por las representaciones internas que nos dictan cómo actuar. Para un modelo magnífico de cómo superar la presión financiera consulta la obra "El hombre más rico de Babilonia" de George S. Clason. ¿La has leído? En caso afirmativo, léala otra vez; de lo contrario, cómpralo enseguida. Es un libro que puede hacerte rico, feliz y totalmente dispuesto a triunfar.
Para mí, la más importante de sus enseñanzas es la que dice que debemos regalar el 10 por ciento de todo cuanto ganamos . Es verdad. ¿Por qué? En primer lugar, porque cuando uno ha sacado algo siempre se ve obligado a devolver algo. Otro motivo es que se crean valores para uno mismo y para los demás. Y lo más importante: decirle al mundo y a tu propio inconsciente que tienes más de lo que necesitas. Esa es una creencia muy poderosa, y vale la pena fomentarla. Si a ti te sobra, eso quiere decir que tienes lo necesario y que otros pueden conseguirlo también, y ésa es una creencia que tiende a realizarse por sí misma.
¿Cuándo empezaremos a regalar ese 10 por ciento? ¿Cuando seamos ricos y famosos? No. Debe hacerse desde el principio. Lo que uno da es como una semilla que siembra . Debe invertirlo, no comérselo, y la mejor manera de invertirlo es regalarlo a fin de que produzca valores para los demás. ¿Cómo? Es fácil averiguarlo. Hay mucha necesidad a nuestro alrededor.
Tras haber regalado un 10 por ciento de tus ingresos, dedica otro 10 por ciento a pagar tus deudas y un tercer 10 por ciento al ahorro, con el fin de acumular un capital para futuras inversiones. Debes arreglártelas para vivir con el 70 por ciento restante. Vivimos en una sociedad capitalista, donde la mayoría de las personas no son capitalistas. Por tanto, no disfrutan del nivel de vida que desean. ¿Para qué vivir en una sociedad capitalista, repleta de oportunidades, si no aprovechamos ese sistema por cuya creación lucharon nuestros predecesores?
Aprende a guardar tu dinero y a utilizarlo como capital. No acumularás nada si lo gastas todo; jamás dispondrás de los recursos que necesitas. La conclusión es que con el dinero ocurre lo mismo que con todo lo demás. Puedes hacerlo trabajar a tu favor o en tu contra. Debes ser capaz de manejar el dinero como cualquier otro elemento de tu mente, con la misma idoneidad en cuanto a los fines y la misma elegancia. Aprende a ganar, a ahorrar y a dar. Si lo consigues dominarás la presión financiera y el dinero no será nunca más un estímulo que te ponga en un estado negativo, haciéndote caer en la infelicidad o tratar con los demás en condiciones de inferioridad muy alejadas de la plenitud de recursos.
Una vez domines esas tres primeras claves empezarás a percibir tu vida como un gran triunfo. Si dominas la frustración, el rechazo y la presión financiera, no habrá nada que no puedas emprender.