Estas cinco claves van a servirte como indicadores en la carretera del éxito y la felicidad. Sin ser misteriosas ni profundas, son absolutamente cruciales. Si llegas a dominarlas, tus posibilidades no tendrán límites. Pero si no las usas, tú mismo te habrás marcado límites en cuanto al límite que puedes alcanzar.
La decisión y una mentalidad positiva sirven para empezar, pero no representan la solución completa. En ausencia de disciplina, la decisión es el comienzo del desengaño. Sin embargo la decisión acompañada de la disciplina obra milagros.
Clave 1: TIENES QUE APRENDER A SUPERAR LA FRUSTRACIÓN.
Si quieres llegar a ser todo lo que podrías ser, hacer todo lo factible, oír todo lo escuchable y ver todo lo que merece verse, debes aprender a superar la frustración, que es capaz de romper los sueños y de convertir una actitud positiva en negativa y un estado de poder en un estado de desvalimiento.
Lo peor de la actitud negativa es que destruye la autodisciplina. Y perdida la autodisciplina, perdidos también los resultados que uno deseaba. Así que, para asegurarte el éxito a largo plazo debes aprender a disciplinar tu frustración. Voy a decirte algo: la clave del éxito es una frustración de mayor cuantía. La recompensa por superar la frustración es enorme.
El que se arruina probablemente no ha sido capaz de soportar mucha frustración. Uno dice: "Muy bien, estoy en quiebra y por eso me siento frustrado ". Lo que pasa es que lo ha entendido al revés. Si hubiera encajado mejor la frustración sería rico. Una de las principales diferencias entre los financieramente solventes y quienes no lo son es la capacidad de encajar frustraciones. No soy tan indiferente como para insinuar que la pobreza no conlleve, también, grandes frustraciones. Lo que digo es que el camino para no ser pobre pasa por encajar más y más frustraciones hasta que uno logra triunfar.
Popularmente se dice: "La gente rica no sabe lo que es pasar apuros". La realidad es que quien emprende algo pasa más apuros que nadie; la cuestión es saber enfrentarse a ellos, idear nuevas estrategias, ingeniar nuevas alternativas.
He aquí una fórmula para vencer el estrés en dos etapas. Número uno: no te dejes abrumar por pequeñeces. Número dos: no olvides que, en realidad, todo es una pequeñez. Todos los triunfadores han llegado a saber que el éxito está oculto al otro lado de la frustración.
¿Habrá algo en el lenguaje humano que duela más que la simple palabra "no"? El desafío más grande para todo aquel que se haya formado en nuestra cultura es la dificultad de superar un "no". ¿Qué harías si supieras que no puedes fracasar? Piénsalo ahora. Si tuvieras la seguridad de no fracasar, ¿Influiría ello en tu comportamiento? ¿No te permitiría hacer exactamente lo que deseas? Así pues, ¿qué te lo impide? Es esa palabra de dos letras, el "no". Para triunfar, debes aprender a encajar el rechazo sabiendo cómo despojarlo de todo su poder.
¿Cuántas veces has deseado acercarte a alguna persona interesante y dirigirle la palabra, pero no lo has hecho para no tener que escuchar un posible "no"? ¿Cuántas veces has decidido no presentarte a una oferta de empleo, o no visitar a un cliente, o no pasar una prueba porque tuviste miedo a una negativa? Date cuenta ahora de lo absurdo que es eso. Date cuenta de que te pones cortapisas a ti mismo por temor a una palabra de dos letras. Y eso que la palabra en sí no tiene ningún poder: ni corta, ni te priva de ninguna de tus fuerzas. Todo su poder procede de la manera en que te la representas tú mismo, de los límites que te impones ante ella .
¿Cuántas veces has deseado acercarte a alguna persona interesante y dirigirle la palabra, pero no lo has hecho para no tener que escuchar un posible "no"? ¿Cuántas veces has decidido no presentarte a una oferta de empleo, o no visitar a un cliente, o no pasar una prueba porque tuviste miedo a una negativa? Date cuenta ahora de lo absurdo que es eso. Date cuenta de que te pones cortapisas a ti mismo por temor a una palabra de dos letras. Y eso que la palabra en sí no tiene ningún poder: ni corta, ni te priva de ninguna de tus fuerzas. Todo su poder procede de la manera en que te la representas tú mismo, de los límites que te impones ante ella .
¿Y cuál es la consecuencia de unos pensamientos limitados? Pues una vida limitada. El que sabe controlar su cerebro puede controlar su reacción ante un rechazo. Incluso puede instalar un anclaje de modo que el "no" le sirva de estímulo.
Además, sin rechazo no hay triunfo auténtico. Cuantas más negativas recibas, más habrás aprendido y más cerca te encontrarás de tu objetivo.
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